Vamos con la tercera y última parte de la lista de lecturas de este año, iniciada en junio y proseguida en septiembre. Aquí están los que ha dado tiempo a leer justo hasta final de año; en los pocos días que quedan no podré acabar ninguno más.
Soy un lector lento y mi objetivo era llegar a las 26 lecturas, que es justo una cada dos semanas durante todo el año, una cantidad muy respetable para mí (ya sé que otra gente devora literalmente los libros, pero no es mi caso). Y lo he conseguido por los pelos, aunque a fuerza de obligarme continuamente a apretar el paso. También gracias a que bastantes de los libros eran cortos, de 200 páginas o menos, aunque prometo que esto no ha sido deliberado. El total de páginas ha sido de 8612, lo que nos da una media de 331 páginas por libro y 166 leídas por semana. Que los números en sí no me importan mucho, pero vienen bien para hacerse una idea. Y la idea es que no soy un gran lector, claramente.
Como dato anecdótico, sólo tres de las lecturas (el 11.5%) han sido en el idioma original de la obra. Eso también habría que mejorarlo.
En cuanto a las lecturas en sí, me hubiese gustado poder variarlas un poco más. En particular hay algunos libros de relatos a los que les tenía muchas ganas, como de Flannery O'Connor o el segundo tomo de Scott Fitzgerald, que se han tenido que quedar fuera por su extrema tochez (¿existe esa palabra?). Supongo que tendré que enfocarlos como lecturas partidas, primero una mitad o un tercio y seguir más adelante, porque si lo intento de una sola tacada voy perdiendo energías y no los termino nunca. Tampoco he hecho las relecturas que quería, demasiados libros sin leer en la pila que, lógicamente, han tenido prioridad.
Bien, esta es la lista de la última fase de lecturas:
J.K. Rowling (2016)
Salamandra, 2016. 333 págs.
Es realmente una obra de teatro que narra la historia del hijo mediano de Harry Potter, Albus Severus, y su amigo Scorpius Malfoy (sí, hijo de Draco). El tema de fondo son los conflictos de los hijos con sus padres famosos y las expectativas que se crean sobre ellos.
Aunque está bien, sobre todo por volver a ver a viejos personajes, sufre por su formato. Es una historia que pide ser novela, al pasarla a teatro queda muy esquemática, y a la vez como función teatral resulta demasiado agitada, da poco tiempo a que el espectador reflexione. Ojalá Rowling la saque de forma novelada, porque ganaría mucho.
¿Richard Castle? (2009)
Suma de Letras, 2010. 354 págs.
Como ya comenté en su momento, no se sabe realmente quién escribe estos libros inspirados en la popular serie de TV «Castle». El libro en sí es bastante simplote y fluye con poca naturalidad, logrando ser aún más estereotípico que los capítulos de la serie (que ya lo son bastante, la verdad). El problema es que es una ficción inspirada en la ficción que ya es de por sí la serie, y tanta falta de realismo se nota para mal. Novela sólo recomendable para fans del personaje o de lecturas muy ligeras.
Marguerite Duras (1991)
RBA, 1992. 207 págs.
Si recordáis un viejo artículo de este blog sobre novelas cortas, dije que El amante tenía una especie de reelaboración, obra de la propia Duras, que es este El amante de la China del Norte.
Conceptualmente son muy similares aunque este va más al grano, sigue una cronología más coherente de la relación entre la muchacha francesa y el joven chino en la Cochinchina colonial, y la situación de su familia antes de regresar a Francia. Como siempre, nos queda la duda de hasta qué punto es autobiográfica, pero resulta muy evocadora de una era ya perdida.
Bret Easton Ellis (1991)
Vintage Contemporaries, 2006. 399 págs.
Empecé a leérmelo en inglés, me dio la sensación de que no pillaba muchas cosas y lo saqué en castellano de la biblioteca, pero comprobé que el traductor no iba mejor que yo y retomé el idioma original (para perderme matices, mejor que sea culpa mía).
Un libro difícil, duro (aunque no tanto si estás acostumbrado a leer terror), demoledor en su desmitificación de esa cultura yuppie tan superficial de los años 80-90, aunque en mi opinión demasiado largo; ya vemos que Pat Bateman es un psicópata egocéntrico medio idiota, no hace falta insistir tanto.
J.K. Rowling (2003)
Salamandra, 2011. 893 págs.
Necesitaba una lectura ligera y he regresado a la saga de Potter. Sin embargo, este volumen se hace pesado y lento, y sin duda es demasiado largo. La prueba es que tras tres lecturas en la familia, nuestro volumen se deshacía de sus páginas a partir de la 700. Tiene cosas interesantes pero demasiado desperdigadas, y buenos y malos compiten denodadamente por ser los más inútiles. En fin, a ver si el año que viene leo los dos restantes, total para lo que me falta…
Cormac McCarthy (2006)
DeBolsillo, 2010. 210 págs.
Tengo esta novela desde hace años y varias veces he intentado leerla para tener que dejarla a las pocas páginas. No por mala (todo lo contrario) sino porque me afectaba demasiado. Creo que es algo que se lee y se siente de forma muy distinta cuando eres padre, sobre todo si tu hijo es aún pequeño.
McCarthy demuestra que se puede hacer literatura postapocalíptica que sea a la vez de alta calidad y que impacte sin recurrir a escenas desagradables ni a explicaciones innecesarias. El final es un tanto ingenuo, pero en conjunto una maravilla.
Y hasta aquí hemos llegado. ¿Volveré a hacer esto el año que viene? Aún no lo tengo claro, pero por si acaso iré apuntando todas mis lecturas .
No hay comentarios:
Publicar un comentario