sábado, 1 de junio de 2019

La ondina (poema)

¿Por qué siempre me da cierto apuro presentar un poema, y me entran deseos de disculparme de antemano, cuando por ejemplo no me pasa lo mismo con un microrrelato? Ay, la confianza que da la prosa frente a la inseguridad de la lírica…

En fin, vamos a ello. Esta vez todo está «como Dios manda»: rima consonante, versos bien escandidos y estrofas clásicas. Formalmente son tres cuartetas relacionadas, y entre la segunda y la tercera una décima espinela. Me gustaba cómo quedaba así el ritmo del conjunto, más pausado en las cuartetas iniciales para acelerarse en la espinela y recuperar el tono solemne en la cuarteta final. A ver si os convence a vosotros:

He conocido a la ondina,
para mí está todo dicho,
brindad por mí en la cantina
cuando descanse en el nicho.

He conocido a la ondina,
sabed que estoy condenado,
pues este amor no culmina
si no es con el peor pecado.

Su voz aterciopelada
es el seductor señuelo,
y agua pura de deshielo
la que me ahoga en su mirada;
esas uñas afiladas
dagas que me han desangrado,
y el cabello ensortijado
lo que me arrastra al abismo,
al que me arrojo yo mismo
para morir a su lado.

He conocido a la ondina,
para mí está todo dicho,
recordad que fue mi ruina
víctima de su capricho.

No es un secreto de dónde ha surgido la inspiración para estos versos; siempre me ha atraído la figura de la mujer fatal en la mitología. Según trabajaba en el poema iba tarareando esa maravillosa canción de la ELO que es Can't Get It Out of My Head, pero el tema del hermoso ser femenino que condena a quien tiene la desgracia de conocerlo es antiguo como el hombre. Hace no mucho hablaba por aquí de un relato sobre este mismo arquetipo, La dama de blanco de Donaldson, y en su momento hasta escribí un artículo sobre lo mismo: El mal mujer.

Bien, con esto doy por zanjada esta etapa lírica (salvo antojo irrefrenable de la musa). Podéis encontrar sus fases previas en Una luz en la oscuridad (métrica laxa) y Palabras (verso libre).

Nota: La ilustración que acompaña el poema se titula «Nature's Embrace» y es obra de Joanna Wędrychowska.

2 comentarios:

ºFalldaraº dijo...

Me ha encantado, y me parece muy interesante el tema del arquetipo: El mal mujer en la mitología y las leyendas. :)

Entropía dijo...

Ah, las mujeres malas, tan peligrosas como seductoras...

Gracias por tus elogios, confío en que prosigas con tus artículos sobre mitología aragonesa, es muy interesante y yo al menos la desconozco.

Saludos,
Aitor