Vamos con mi periódica lista de lecturas (por referencia, ahí van los enlaces a las de 2017 [1], [2] y [3] y 2018 [1], [2] y [3]).
En consonancia con años previos esta primera tanda de diez libros debería haber llegado hacia junio, pero ocurre que literariamente está siendo un año horrible. No me apetece leer nada y casi todo lo que comienzo me aburre y se me eterniza.
Seguramente sea problema mío, la verdad es que tengo la cabeza en otra parte e incluso las novelas que a grandes rasgos me han gustado se me han hecho pesadas de terminar. En fin, es lo que hay.
Como siempre, he sido ecléctico en mi selección. Diversos géneros, lecturas clásicas, otras más arriesgadas. Novelizaciones de pelis, antologías, un poco de ensayo al final… Vaya, que no sigo ningún plan (y si lo sigo, no está saliendo muy bien). Tanto da, ahí tenéis las diez:
Laura Gallego (2000)
SM, 2010. 271 págs.
No había leído nunca nada de Laura Gallego y a mi hijo le regalaron este libro en un «amigo invisible» del cole, así que decidí darle una oportunidad.
Qué os voy a contar, decir que es blandito sería hacerle un favor. Hay que reconocer que es de lectura fácil, pero incluso considerándolo literatura juvenil (infantil más bien) la historia es muy poco intensa y nada adquiere verdadera importancia. Dentro del mismo género, Las Crónicas de Prydain eran mucho evocadoras y significativas a un nivel personal (esfuerzo, superación…). Se trata del primer libro de una trilogía pero para mí aquí acaba el camino.
Douglas Adams (1979)
Anagrama, 2018. 285 págs.
Me da que si hubiese leído este libro cuando era un chaval me habría encantado; ahora simplemente me resulta simpático. Ingenioso en momentos, ridículo en otros, en conjunto no me parece que constituya una novela memorable (lo siento si ofendo a alguno de sus fans). Para colmo, las cien páginas finales del libro las conforman una serie de artículos y entrevistas sobre la película de 2005 que no tienen el menor interés.
Me ha recordado en parte a Matadero cinco de Vonnegut, que tampoco acabó de entusiasmarme. Será que para mí el humor y la cifi no casan bien.
N.H. Kleinbaum (1990)
Círculo de Lectores, 1991. 172 págs.
Se trata de la adaptación de la famosa película (y no al revés, como pensaba yo en un principio), y lo cierto es que como tal no está nada mal. Sigue la trama casi al pie de la letra aunque, al igual que ocurría en la de los Goonies, hay alguna escena subida de tono que no aparecía en el film (¿de dónde sacan estas cosas, son descartes de guión o se lo inventa el novelizador?). Aquí además resulta más complicado distinguir a unos personajes de otros, ventaja inmediata de la narración visual, pero en general bien.
Javier Marías (1989)
Círculo de Lectores, 1996. 231 págs.
Otro intento de probar cosas nuevas, puesto que no había leído nada de Marías. Curiosa historia sobre la estancia de un profesor español en Oxford (donde apenas se habla de las clases, por cierto). Me ha recordado un poco a Lo raro es vivir de Martín Gaite, en el sentido de que como párrafos aislados son estupendos, pero como novela no funcionan. Sin embargo Todas las almas me ha gustado un poco más, quizá porque me resultaba más fácil empatizar con el narrador o por los capítulos sobre Arthur Machen y sus reflexiones sobre el origen del horror, muy curradas.
Joan D. Vinge (1985)
Planeta, 1985. 187 págs.
Novelización en este caso de la película dirigida por Richard Donner, es de las mejores adaptaciones que he leído, quizá a la par con la que hizo Piers Anthony para Desafío total. Y es que Vinge era una escritora más que competente que ya había ganado en Hugo en el 81 con The Snow Queen.
Del libro en sí, que sigue con fidelidad lo ocurrido en el film (si acaso alargando algunas escenas), cabe destacar el excelente aroma medieval de la prosa, que el traductor Francisco Martín supo mantener en la versión española. Pôr lo demás, la historia de amor y venganza que todos conocéis.
Lloyd Alexander (1973)
Henry Holt and Company, 2012. 98 págs.
Un breve libro de relatos pertenecientes a las crónicas de Prydain, aunque se emplazan antes de la historia principal y tienen un marcado aire a cuentos de hadas.
Están bien si te gusta este mundo, pero son demasiado cortos, algo especialmente lamentable en el más interesante, el que cuenta la historia de Angharad, madre de Eilonwy. Y echo en falta alguno sobre la pobre Achren, hay un fanfic muy bueno llamado In Hope of Vengeance que muestra lo que puede dar de sí el personaje. En fin, que para completistas.
Mariana Enríquez (2016)
Anagrama, 2016. 197 págs.
Antología de relatos que podríamos considerar de terror (o foscos, si lo preferís), con una ambientación muy curiosa, por lo general barrios bajos de la Argentina actual. Sin embargo, me resulta difícil valorar este libro. Es evidente su originalidad, pero también está claro que yo no pertenezco al público objetivo (no hay ni una figura masculina positiva en todos los relatos, y sí un continuo desprecio hacia ellos por parte de las mujeres), cosa que por supuesto es muy válida pero me dificulta empatizar. Digamos que ha sido una experiencia interesante que no pienso repetir.
Varios autores (1787-1861)
Siruela, 2005. 274 págs.
A raíz de mi poema dedicado a la ondina caí en la cuenta en que en realidad había leído muy pocas cosas sobre estas criaturas mitológicas. Y esta antología de Siruela es perfecta para contemplar su evolución histórica durante el siglo XIX, que es cuando se afianza con el aspecto que interpretamos actualmente.
Los autores escogidos son alemanes (donde esta leyenda arraigó con más fuerza) y españoles, y evidentemente está teñida de romanticismo literario. En ocasiones la lectura se hace densa y pesada, pero si te interesa el tema merece la pena.
Ernest Hemingway (1952)
EMU, 2014. 95 págs.
Lo segundo que leo de Hemingway, después de Adiós a las armas. Esta novela corta esta considerada otro clásico (la publicó un par de años antes de ganar el Nobel) y sigue el mismo estilo parco que hizo famoso a su autor, aunque en mi opinión no raya a la misma altura. Puede que el tema no me llegue tanto, a pesar de que no deja de ser una analogía de la vejez y la lucha por la vida, como muchas otras de sus obras.
Victoria Lynn Schmidt (2001)
Writer's Digest Books, 2012. 304 págs.
Ya sabéis que me gustan los libros sobre narrativa. Este es bastante accesible (demasiado, quizá) y basa sus arquetipos en el panteón griego (y un poco del egipcio). Casi todo el texto recalca las diferencias de género, incluyendo un estudio diferenciado de los respectivos caminos del héroe/heroína, pero no acaba de profundizar lo suficiente y los ejemplos son demasiado populares (series de TV). No está mal, pero es para principiantes. Ah, hay un arquetipo extra aquí.
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