El año prosigue, atípico y triste como era de prever, y con él mis lecturas. Toca añadir diez libros más a la lista iniciada en mayo, y aunque al principio pretendía dar al conjunto cierta homogeneidad, al final ha sido el cajón de sastre de siempre y está todo mezclado: obras clásicas con chorradas de pasar el rato (o ni eso), y ya de paso avances en un par de sagas que tenía atascadas.
La parte positiva es que he logrado reducir un poco la pila de libros pendientes (a costa de no comprar casi ningún libro nuevo, claro), por lo que espero que de aquí en adelante pueda recuperar el control de mis propias lecturas y enderezar el rumbo hacia algún destino (ya veremos cuál).
Y sin más preámbulo van las diez de esta tanda:
George Orwell (1948)
DeBolsillo, 2013. 350 págs.
Si hay que decir que es una puta obra maestra, se dice y ya está. Es una vergüenza que no lo haya leído hasta ahora. Lo curioso es que hasta hace relativamente poco pensaba que otras distopías como Un mundo feliz tenían mucha más vigencia en la actualidad, pero de un tiempo a esta parte parece que vayamos de cabeza a la sociedad del Gran Hermano, con su doblepiensa y su neolengua para ocultar la realidad evidente. Da miedo, la verdad.
Charles Gilman (2012)
Bruño, 2013. 176 págs.
Pensaba que iba a ser pésimo, y es simplemente malillo. Mezcla literatura juvenil con detalles lovecraftianos, pero su mayor pega es que todo ocurre demasiado rápido, y uno no llega a relacionarse bien con los personajes ni los sucesos que viven (que son también simplones). Falta de ambición. Con decir que el efecto óptico de la portada es lo más interesante del libro…
Victor Lavalle
Tor, 2016. 152 págs.
Ha sido una lectura un poco rara porque empecé con la edición física en castellano pero al final me puse con el e-book en inglés. Pero eso no es importante, el caso es que es una novela corta original, con un enfoque novedoso (es una especie de reinterpretación del relato de H.P. Lovecraft The Horror at Red Hook). Aunque está bien, a mí me ha sabido a poco, me hubiese gustado que fuese más extenso y explicara con más detalle todo lo que está pasando en la vida de Thomas Tester.
Charles Gilman (2013)
Bruño, 2014. 188 págs.
Pues es peor que el primero, que ya es decir… No le he puesto sólo una estrellita porque el final es ingenioso y reservo esa puntuación para auténticas aberraciones, pero es una novelita muy floja incluso considerándola juvenil, que ni siquiera mantiene la emoción y el relativo misterio de la que dio inicio a la saga. Yo me bajo aquí.
Tanith Lee (1981)
DAW, 2017. 258 págs.
Sigo con la saga de la Tierra Plana con este tercer volumen, más ligero que el segundo y argumentalmente mucho más sencillo. Aquí se centra en la locura, aunque es un elemento que ya estaba presente en tomos anteriores y al final tampoco tiene demasiada relevancia. Parece de transición hacia el cuarto libro.
J.K. Rowling (2005)
Salamandra, 2011. 602 págs.
Tenia muy aparcada la saga de Harry Potter, pero me dije que no podía quedarme en el quinto después de haber llegado tan lejos y, total, el verano es buena época para ponerse con ese tipo de libros.
¿Qué puedo decir de esta sexta parte? Pues que es flojita y en su mayor parte aburrida, salvo por capítulos puntuales y, como siempre, un final potente que por fin marca hechos irreversibles.
Carmen Martín Gaite (1996)
Círculo de Lectores, 1996. 253 págs.
Difícil, muy difícil de valorar. Es lo primero que leo de Martín Gaite y no sé cómo de representativo es, pero tiene un estilo muy peculiar, culto y profano a la vez, que a veces funciona y otras canta a irreal. Narrativamente es un desastre, eso está claro (se prometen misterios que nunca se desarrollan y podrías barajar los capítulos o quitar unos cuantos y no se notaría) pero hay muchos párrafos magníficos, muchas metáforas originales y certeras. Ya digo, una lectura ágil pero una digestión complicada.
Robert Bloch (1959)
La Factoría de Ideas, 2010. 183 págs.
Aprovechando que acababa de revisionar la peli de Hitchcock y tenía el libro por ahí, decidí leerlo para comprobar qué diferencias había. La trama es esencialmente la misma, aunque el orden de las escenas y el punto de vista varía (aquí empezamos con el día a día de Bates y del robo de la chica nos enteramos más adelante, por ejemplo). Y el bueno de Norman es descrito todo el rato como gordo, nada similar a Anthony Perkins ☺️. Por lo demás, una novelilla amena, de pasar el rato.
J.K. Rowling (2007)
Salamandra, 2011. 640 págs.
Ya que había llegado al sexto, no iba a dejar pendiente el último libro. Es más intenso que los anteriores y culmina la saga, cosas muy positivas. Por otro lado, es un poco de chiste en en la séptima parte siga sacándose cosas de la manga (¿«reliquias de la Muerte»?, venga ya). Pero bueno, al menos ha terminado, cosas que otros autores no saben hacer.
T.E.D. Klein (1984)
Martínez Roca, 1987. 459 págs.
Novela de terror inspirada en un relato de Machen, pero mucho más explícita, sobre el mal (sobrenatural) que acecha en una comunidad religiosa aislada de Nueva Jersey. Se hace densa y avanza lentamente, pero en conjunto mi impresión es satisfactoria, sobre todo si te gusta el horror cósmico, pese a un final un tanto decepcionante. Que se desarrolle en los años 80 (cuando fue escrita) le añade un matiz simpático.
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