Cuando yo era un chaval, me cambió la vida descubrir los libros de la colección Fantasy de Martínez Roca (dirigida por Alejo Cuervo), que para mí ha sido la más influyente de cuantas se hayan publicado en España de este género. Prácticamente todos sus números merecían la pena, y gracias a ella conocí clásicos como las aventuras de Fafhrd y el Ratonero Gris de Fritz Leiber, la saga de Elric de Melniboné de Michael Moorcock o las propias Crónicas de Prydain de Lloyd Alexander (justo es decir que la editorial Ultramar también sacó muchas cosas interesantes en sus Grandes Éxitos Bolsillo, pero esa colección era mucho más extensa y la media se resiente).
Dentro de Fantasy se publicaron dos tomos de la escritora británica Tanith Lee: el que abría precisamente la colección, Volkhavaar, y más adelante El Señor de la Noche. Este último pertenece a la saga Cuentos de la Tierra Plana (Tales from the Flat Earth), principal obra de su autora y que por desgracia nunca más se ha proseguido en castellano. Y ya adivináis de qué pienso hablaros hoy.
La serie se llama así porque, bueno, la tierra donde se desarrolla es plana. Los dioses están en el cielo, los demonios bajo el suelo y, entre medias, los humanos soportando a unos y otros. Está muy inspirada en Las mil y una noches, con ciertas dosis de orientalismo y, si no me equivoco, claras influencias de la también admirable saga de La Tierra Moribunda de Jack Vance. Comprende novelas y relatos cortos interconectados que en ocasiones recuperan personajes previos, y donde Lee explora a fondo (pero muy a fondo, ojo) temáticas como la maldad, la sensualidad y los giros del destino. A pesar de esa influencia clásica, la saga se engloba claramente dentro de la edad de oro que a mi entender vivió la literatura fantástica de finales de los años 70 y primeros 80.
Aparte de su prosa refinada y la creatividad de que hace gala, una de las cosas que más me atrae de estos cuentos es cómo la autora se permite narrar sucesos terribles o extremos sin que al lector le resulten chocantes, gracias a su elegancia (para que os hagáis una idea, en el primer libro un enano mantiene relaciones sexuales explícitas con una araña gigante, y toda la escena queda hasta simpática). Otro aspecto que me seduce especialmente es la ambivalencia que muestra entre el bien y el mal: es muy típico que el héroe (o heroína) de un cuento pase a ser el malvado antagonista del siguiente, mostrando cómo corrompe el poder y la ambición, pero sin caer nunca en esas lecciones moralizantes que personalmente odio.
La propia carrera literaria de Tanith Lee me resulta interesante de por sí, en especial las crecientes dificultades que tuvo para hallar editorial por culpa de su estilo «pasado de moda», incluso después de haber logrado grandes premios con sus relatos y novelas (sólo con esta saga obtuvo el British Fantasy Award en 1980 y dos nominaciones al World Fantasy Award). Hay varias entrevistas por la red donde habla de esto y de su eterno vagar por editoriales de segunda fila, gozando sólo ocasionalmente de buenas ventas. Por desgracia, Lee falleció en 2015 a causa de un cáncer de pecho.
Para el análisis de los libros me voy a basar en la reciente edición de bolsillo que ha sacado Daw Books (2016 - 2017), que es accesible, barata y visualmente muy atractiva (con portadas de Bastien Lecouffe Deharme), aunque evidentemente hubo varias más con anterioridad.
Night's Master (1978)
Este es el único tomo que ha salido en español, con el título ya mencionado de El Señor de la Noche (1986) y una preciosa portada de Rowena Morrill que podéis ver al comienzo de este artículo.
El personaje que da título al libro es el archidemonio Azhrarn, señor del inframundo y cuyo único entretenimiento consiste en traer desgracia sobre los reinos de los mortales y jugar con sus sueños y esperanzas; un ser amoral, voluble y caprichoso (me recuerda un poco, por cierto, a Arioch, el Señor del Caos patrón de Elric). Aunque el hilo conductor son las crueles «travesuras» (por llamarlas de algún modo) de Azhrarn, este no adquiere verdadero protagonismo hasta la porción final. La estructura toma la forma de pequeños relatos interconectados, divididos en dieciocho segmentos (como si fueran capítulos) y surgidos de las (nefastas) interacciones de los seres humanos con el señor de la noche.
Me pregunto si el motivo de que Martínez Roca no siguiera publicando la serie se debió a bajas ventas de este libro (lo cual demostraría nuevamente lo injusto del mercado editorial, porque es excelente y se lee en un suspiro) o por las dificultades de emprender la edición de los siguientes.
DAW Books, 2016. 256 págs. 7.20$.
Death's Master (1979)
El segundo tomo de la serie ganó el premio British Fantasy Award a la mejor novela en 1980, y varía su estructura respecto al anterior. En lugar de relatos sueltos hilados, es verdaderamente una novela con su hilo principal (más o menos), y en ella se anidan ciertas tramas colaterales. En realidad no hay una historia clara y, de haberla, aparece y desaparece como el Guadiana, cosa que perjudica el conjunto. Me atrevería a asegurar que son las historias secundarias las más interesantes y donde la autora se mueve con más libertad.
El título hace referencia a Lord Uhlume, la encarnación de la muerte (masculina en este mundo), que como personaje es un poco soso, la verdad. La aparente protagonista del principio pronto pasa a un segundo plano y cede el testigo a su hijo hermafrodita y al accidental compañero de juegos de este, en una historia ciertamente triste y cruel que acaba resultando demasiado extensa para su propio bien.
Aunque esta edición alcanza algo más de cuatrocientas páginas, la fuente usada es menor y el texto puede tener fácilmente el doble de palabras que el primer libro. Y me temo que el estilo florido e ingenioso de Lee sufre en una distancia tan larga, lo que no impide que el libro contenga algunos capítulos excelentes. Digamos que si superáis este, ya tenéis la saga en el bote.
DAW Books, 2016. 416 págs. 8.00$.
Hasta aquí por hoy. Seguiremos en un próximo artículo con el resto de la saga de la Tierra Plana, pero tened paciencia porque al ritmo que voy tardará bastante en estar listo (ya sabéis que tengo el blog prácticamente en stand-by, y la vida tres cuartos de lo mismo). En total son cinco tomos oficiales, más unos cuantos relatos sueltos que Lee publicó en años posteriores en diversas antologías colectivas y que a su muerte quedaron por recopilar debidamente (y que hoy día son prácticamente imposibles de conseguir).
Por supuesto, si os interesa este tipo de literatura imaginativa y atrevida (tan difícil de encontrar hoy día en que todo el mundo se ofende por cualquier chorrada), os recomiendo no esperar más y adquirir al menos Night's Master. No os voy a engañar, la prosa de Lee es rica en matices y términos poco usuales, y por tanto requiere un conocimiento avanzado de la lengua inglesa para ser disfrutada debidamente (e incluso así hay que ir echando ocasionalmente mano del diccionario), pero creo que el esfuerzo merece la pena. En cuanto al resto de su producción, ha salido hace poco una antología recopilatoria, Tanith By Choice, con sus relatos más significativos.
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