No soy yo muy de frasecitas motivacionales. Y menos, como en este caso, cuando provienen de una campaña publicitaria (de un reloj de lujo, si no recuerdo mal). Pero es que por una vez es cierta, y a muchos se les olvida.
En la disciplina que sea, hay que gatear antes de andar. Y hay que dominar con soltura lo establecido antes de proponer innovaciones que quizá sean innecesarias o no lleven a ninguna parte.
Y en literatura también. ¿Quieres romper las reglas y quebrar la narrativa? Estupendo, pero que sea cuando ya hayas demostrado tu maestría siguiendo las guías establecidas durante siglos. Porque si no, lo más probable no es que seas un genio que no reconoce ataduras, como tú crees, sino un mindundi que no sabe manejar las herramientas de su oficio y se busca una excusa que suene bien para disimular.
Hale, ya lo he soltado y me he quedado tranquilo.
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