viernes, 10 de enero de 2020

Las leyes de la lógica

Esto sí que es salirse del supuesto cometido del blog, pero de todos modos está medio muerto y me apetecía tener esto apuntado por algún sitio para futura referencia.

Los llamados principios de la lógica o leyes del pensamiento son las normas axiomáticas que deberían regir el pensamiento racional. Digamos que son los ladrillos básicos para construir razonamientos más complejos, y se los considera universales. No voy a meterme a fondo en los conceptos subyacentes (porque es un tema que me supera), pero sí quería tenerlos en negro sobre blanco porque mucha gente no lo tiene claro y no hay quien dialogue.

Estas leyes son tres (¿he dicho ya que me encanta el tres?) y suele atribuirse su primera manifestación formal a Aristóteles en su Metafísica, aunque evidentemente han sufrido ajustes y aclaraciones con el paso de los siglos, e incluso hay quien añade un cuarto principio. Pero vamos a lo nuestro.

El primero es el principio de identidad. Viene a decir que algo es igual a sí mismo, o en modo matemático (∀x) (x = x). Que es una obviedad, por supuesto, pero también la base de un pensamiento productivo: las cosas son, y además son como son (literalmente), porque de lo contrario no podríamos decir nada de ellas y estaríamos perdiendo el tiempo.

El segundo se llama principio de contradicción, también llamado principio de no contradicción, lo cual supone una contradicción y por tanto una elegante ironía. Pero lo importante no es el nombre sino lo que afirma: algo no puede ser y no ser a la vez: ¬(A∧¬A). Esta ley ya es más complicada, pero por ejemplo digamos que un coche no puede ser rojo y no ser rojo a la vez (y con «a la vez» nos referimos a las mismas condiciones y el mismo momento, sí es posible que yo lo vea rojo y tú verde, o según le dé la luz, etc.).

Y el último es el principio del tercero excluido. Es una ampliación del anterior y dice que algo es o bien no es: A∨¬A. Vaya, que no existe un tercer estado que sea diferente a ser y no ser, tiene que darse una cosa o la otra. El coche puede ser rojo o no ser rojo, pero no hay más alternativas. Existen lógicas con tres o más estados, lo sé, pero en el fondo pueden siempre reducirse a dos agrupándolos correctamente.

Estas cosas pueden parecer tonterías, pero de un modo muy real son la base de la civilización occidental y demasiado a menudo se olvidan. O peor, se ignoran deliberadamente por un mal entendido multiculturalismo y se permite que cuelen argumentos absurdos por muy contradictorios e ilógicos que resulten, con las consecuencias que estamos ya viendo en nuestra sociedad.

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