Nunca se me hubiese ocurrido clasificar los posibles tipos de triángulos amorosos, pero por lo visto a alguien sí. La primera vez que vi esto fue en TV Tropes: Triang Relations, donde hasta incluyen una lista de obras que se acomodan a cada uno de los tipos. Podéis echarle un ojo, está curioso.
Personalmente, los más tristes me parecen los de «amor no correspondido», que son aquellos en los que de alguna de las letras sólo parten flechas, no reciben ninguna (tipos 1, 3, 4, 5, 6 y 13). Aunque bueno, en el 3 y el 5 al menos compartes desgracia ¯\_(ツ)_/¯.
Otro aspecto interesante de todo esto es que los únicos triángulos en los que todos los participantes pueden ser heterosexuales son 1, 3, 4, 5, 7 y 10 (2 no como triángulo, pero sí si hubiese otro implicado y formaran un cuadrado, lo mismo que 8). Eso puede simplificar las cosas (o no, según lo miréis).
Pero lo importante narrativamente hablando es que un triángulo afectivo no es estable; uno de los vértices debe tirar la toalla o desaparecer (o en caso contrario, el triángulo entero saltará por los aires). ¿Es esto inevitable o fruto de nuestra perspectiva cultural? Porque no olvidemos que la narrativa occidental se basa en el conflicto, y una relación poliamorosa fructífera y sin problemas quedaría aburridísima en un libro. En fin, por el motivo que sea, los triángulos afectivos son un modo estupendo de dar profundidad humana a una trama, mejor si es con otro conflicto detrás de carácter global (una guerra, epidemias, una amenaza social…) que permita ponerlo en su adecuada perspectiva.
En la narrativa moderna sigue recurriéndose a este mecanismo, por lo general con buenos resultados. Sin rebuscar demasiado me vienen a la mente los triángulos que formaban Severus Snape y Lily y James Potter (△ tipo 4 seguramente), o Luke, Han y Leia (△ 3 o 7, según fueran los sentimientos de Leia antes de que se inventaran que Luke era su hermano para quitarlo de la ecuación), y por supuesto el de Arwen, Aragorn y Eowyn (△ tipo 4 con claridad). Otros que a mí siempre me han gustado podrían ser los del Rey Arturo, Ginebra y Lanzarote en la leyenda artúrica (△7), donde la relación llega a poner en peligro todo un reino, o el de Rick Blaine, Ilsa Lund y Victor Laszlo en Casablanca (△7 también), superpuesto como hemos dicho antes a la amenaza nazi para justificar los sacrificios personales que asumen los personajes.
En cualquier caso, el mensaje de todo esto es «ponga un triángulo en su historia (que no en su vida) y verá como mejora».
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