En estos últimos meses he sido seleccionado para dos nuevas antologías de Calabazas en el Trastero, lo cual evidentemente es bueno. El problema es que la editorial lleva mucho retraso con las publicaciones, y estos tomos no aparecerán hasta el año que viene, o incluso puede que ni eso y se vayan a 2023 (y recemos para que no pase nada entretanto). Ay, qué lejos queda aquella época en la que sólo transcurrían unos cuantos meses desde que presentabas el relato hasta que se publicaba.
El caso es que, con la cabeza que tengo, para cuando llegue ese momento no voy a recordar ya nada interesante sobre los relatos, así que lo pongo aquí y ya enlazaré cuando salgan los libros.
Los engranajes del espejo
Este relato escrito en 2020 fue seleccionado para (¡sorpresa!) Calabazas en el Trastero: Espejos, la convocatoria número 36 de la serie.
Es evidente que los espejos tienen asociado un poderoso y fértil simbolismo (imagen, falsedad, revelación, sombras, portal a otro mundo…); era un tema muy sugerente y decidí recuperar un amago de idea que apunté hace años. En esencia gira en torno al funcionamiento básico de un espejo: aquí, en lugar de reflejar la luz, lo que hacen es mostrar un universo paralelo invertido prácticamente igual al nuestro. Son artefactos muy caros y existe el riesgo de que se «desintonicen», con indeseables consecuencias.
Como punto de partida suena bien (o eso creo yo), pero parir el relato me costó mucho más de lo que esperaba. Dudaba entre dos finales y decidí avanzar sin decantarme por una ruta definitiva, a ver si el propio proceso me llevaba a uno o a otro, y eso resultó ser un problema. Cada vez que me parecía mejor uno de los dos tenía que reescribir lo anterior, luego cambiaba de opinión y vuelta a corregir… No guardo un buen sabor de boca de la experiencia, aunque supongo que podemos aplicar aquello de que bien está lo que bien acaba.
Una noche en las calles de Salem
El segundo relato fue escrito a principios de este 2021 y seleccionado para (¡otra sorpresa!) Calabazas en el Trastero: Salem, la convocatoria número 38.
A diferencia del anterior, este surgió con mucha naturalidad, lo escribí en un par de días y no me dio problemas (aparte de tener la fecha límite a la vuelta de la esquina). La idea de partida es muy simple: presentar un tranquilo paseo por Salem comentando lo exagerada y poco histórica que se ha vuelto la moda local sobre las brujas (por si no lo sabéis, es actualmente el principal reclamo turístico de la ciudad). Casi todas las indicaciones y edificios que menciono en el relato son auténticos (aquí al lado tenéis un mapa del centro y las calles más «típicas» que me sirvió de referencia básica).
A eso le añadí un componente sobrenatural que diera sentido al conjunto y ofreciera al lector la perspectiva que buscaba. Creo que no quedó mal. Con todo, es una historia muy tranquila y reflexiva que difícilmente habrían acogido en otra publicación, así que agradezco a la gente de Saco de Huesos que la haya seleccionado.
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